Mientras que miles de migrantes centroamericanos se han beneficiado con los apoyos de gobierno federal, a través de la “visa humanitaria”; otros tantos miles de mexicanos en el extranjero podrían dejar de recibir asistencia en Estados Unidos debido a los despidos de personal en el “Programa Paisano”.
Con el argumento de “falta de confianza”, el gobierno de México despidió a los trabajadores de las tres representaciones del programa Paisano en el país vecino (Chicago, Illinois; Los Ángeles, California y Houston, Texas).
Este programa, vigente desde 1989, se encarga de guiar a los mexicanos en Estados Unidos con información sobre la entrada, tránsito y salida del país.
De acuerdo con Enrique Lucero, exdirector adjunto del programa en Chicago, el cese ocurrió el pasado 28 de marzo, cuando funcionarios federales acudieron a las tres representaciones a anunciar el despido, sin ningún tipo de aviso.
“No sé si el cierre de esa oficina (en Chicago) va a ser definitivo. Nos informaron que estábamos cesados y que se tenían que cerrar las oficinas, nosotros abandonamos ese mismo día el lugar y ya no pudimo entrar a esa oficina”, explicó el exfuncionario.
Dicha oficina atendía a cerca de 11 millones de mexicanos que residen en Estados Unidos.
Lucero detalló que en ningún momento una comunicación oficial o incluso una atención tras el despido, pues aseguró que el boleto de avión tuvo que pagarlo de su bolsillo, pese a que es una prestación de ley.
“Así estuvimos con el cambio de gobierno, sin ninguna comunicación, salvo con áreas administrativas, pero no con áreas operativas del programa”, acusó.
El exfuncionario explicó que la oficina del programa Paisano en Chicago llegó a trabajar con apenas cinco personas, quienes acudían a ferias comunitarias o visitaban consulados móviles cuando no era temporada vacacional, épocas en las que más difunden información a migrantes mexicanos.
“Ni al consulado pudimos entrar porque nos pusieron un letrero que decía ‘estas personas no pueden entrar sin cita previa al consulado”, nos causó un daño moral también. Yo presenté una queja incluso en la cancillería porque utilizaron mi foto, mis datos personales”, dijo el exdirector adjunto de la oficina en Chicago.
En febrero pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el cierre de oficinas de dependencias federales en el extranjero y que toda la actividad de representación en otros países la realicen las embajadas y los consulados.
El Instituto Nacional de Migración (INM) aseguró que la información del programa seguirá activa, pero sin detallar cómo se realizará sin la operación de las oficinas del programa Paisano.
Se cancelan apoyos a mexicanos en Estados Unidos, pero aumentarán beneficios a migrantes centroamericanos
Las plazas centrales de algunos pueblos y ciudades del sur de Chiapas, ahora lucen repletas de casas de campañas y módulos del gobierno federal que sirven como comedores y albergues temporales para miles de migrantes centroamericanos.
Habitantes de estas regiones fronterizas del sur de México, exigen al gobierno el cese del paso de migrantes, así como la “actitud permisiva” de las autoridades hacia los centroamericanos que ingresan al país; pues acusan de estar haciendo un daño a la población. Algunos municipios han tenido que declararse en situación de emergencia.
Pero mientras las caravanas han ocasionado una especie de hartazgo respecto a los migrantes a lo largo del trayecto que siguen en Chiapas, algunos habitantes están comenzando a sentir una antipatía incluso más profunda hacia López Obrador.
Al igual que muchos otros habitantes de esa empobrecida región del sur de México, Joaquín Ramírez, agricultor de maíz, emitió su voto con entusiasmo en las elecciones presidenciales del año pasado a favor de Andrés Manuel López Obrador.
No obstante, a menos de cinco meses del gobierno de López Obrador, la visión que tiene Ramírez del presidente ha comenzado a deteriorarse.
Según comentó, eso se debe a las decenas de miles de migrantes de Centroamérica y otros lugares que en meses recientes han hecho paradas en su pequeña ciudad durante su camino a la frontera con Estados Unidos, agotando los recursos del gobierno y la paciencia de los habitantes.
Ramírez culpa de tal flujo a los mensajes y las políticas amistosas hacia los migrantes por parte del presidente.
“Por tratar de hacer un bien, ha hecho mucho daño”, afirmó Ramírez en la plaza principal de Mapastepec. “Parece estar más preocupado por ellos que por su propio pueblo”.
El resentimiento se ha agravado a tal punto que en días recientes los funcionarios locales en el poblado vecino de Huixtla trataron de impedir que entraran a la ciudad dos mil migrantes, declarando una situación de emergencia e instruyendo a los residentes para que cerraran sus tiendas y permanecieran dentro de sus hogares.
Algunos residentes aseguran que las caravanas han provocado un incremento de delitos. También han causado preocupación los numerosos enfrentamientos entre migrantes y funcionarios del gobierno en Chiapas, como el intento de bloquear el flujo de migrantes hacia la ciudad de Huixtla.
Con información de New York Times y Animal Político