Señaló que mientras el presidente López Obrador proclamó el fin del neoliberalismo, en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal.
“Ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el ‘cargo’ que el ‘encargo'”, indica el comunicado firmado por Martínez Cázares.
En el documento, Germán Martínez explicó que el IMSS es un organismo autónomo, cuya gestión es gubernamental, pero también obrero y patronal, por lo cual administra su patrimonio con reglas especiales.
“El IMSS redistribuye en sus servicios más de mil millones de pesos diarios. En un mes puede gastar más que la UNAM en un año. (…) Por eso, controlar en exceso esos recursos, que son de trabajadores y empresarios, sin racionalidad y sin apego a las normas del IMSS, puede acabar con esa dinámica de solidaridad social propia del Instituto”.
Asimismo, en el comunicado señala que se requiere una reforma “legal”, para acoplarlo al sistema universal de salud y al modelo preventivo, y no una pequeña reforma “reglamentaria”.
“Algunos funcionarios de Hacienda intentan una remodelación cosmética del IMSS, donde por ejemplo, se pretende reformar el Reglamento para colocar funcionarios administrativos en los Estados desde la Secretaría de Hacienda, y así anular a los Delegados que este Consejo Técnico aprobó”.
Acusó que mientras se discute la remodelación del IMSS, muchos trabajadores siguen sin certeza laboral, otros sin contrato, algunas vacantes aumentan, el rezago en infraestructura es brutal, los contratos y convenios de servicios se rezagan, y algunos están por vencerse sin horizontes de legalidad y eficiencia, las compras de equipamiento paradas, las reclamaciones y litigios aumentan; y si bien el abasto de medicamentos está garantizado, es precario y en algunos lugares pende de un hilo.
Indicó que estas omisiones ya se han dado a conocer a las autoridades correspondientes, ya que tanto él como el Consejo Técnico son responsables de que el Instituto cumpla con lo aprobado por el Congreso de la Unión.
Señaló que el control del gasto tiene dos consecuencias fatales: una directa para el IMSS: pasillos de espera llenos de personas adoloridas y mal trato o retraso en la atención a pacientes; y un segundo efecto indirecto: el fortalecimiento de los servicios de salud privados, que ocasionará mayor “gasto de bolsillo” de las familias cuando sus seres queridos tengan un padecimiento.
Además acusó que los funcionarios de Hacienda no quieren dialogar con el IMSS y reclamó la relación entre ambos organismos debe darse en condiciones de certeza jurídica.
Dijo que los servidores públicos del IMSS, solo pueden responsabilizarse de las decisiones que se toman ahí. “Nadie, en su sano juicio, se hará cargo desde el IMSS, de instrucciones o resoluciones falladas sólo en la Secretaría de Hacienda”.
Denunció que Hacienda no puede desviar los ahorros del IMSS a otros fines, pues “el Instituto no estará obligado a concentrar en la Tesorería de la Federación sus ingresos”, según dispone el artículo 277 C de la ley del Seguro Social.
Admitió que la calidad y eficacia en muchos servicios del IMSS dejan mucho que desear, y que el Instituto Mexicano del Seguro Social tiene retos, desafíos, extravíos y una enorme corrupción.
Agregó que no ve las iniciativas de “la burocracia de Hacienda” para dar seguridad social permanente a todos los jornaleros del campo, repartidores de comida o choferes, ni a los trabajadores de la construcción.
Con información de El Financiero