El pleno de la Cámara de Diputados aprobó reformas al artículo 61 de la Ley de Instituciones de Crédito, para que los recursos de las cuentas bancarias inactivas pasen a ser parte de la Tesorería de la Federación.
Con 483 votos a favor y solo una abstención, los legisladores avalaron, en lo general, el dictamen, con la condición y el acuerdo de que del monto de esos recursos recuperados por la Secretaría de Hacienda, el 45 por ciento se queden en la Federación, el 30 por ciento se vayan a las entidades federativas y el 25 por ciento los municipios.
Se precisa que estos fondos deberán ser “exclusivamente para equipamiento, infraestructura policial, uniformes, botas, chalecos” y todo lo que tiene que ver con garantizar el cumplimiento de las reformas en materia de Guardia Nacional, que incluye la profesionalización, capacitación de los cuerpos policiacos y “dotarlos de los valores de disciplina, obediencia y honor”.
Así lo explicó el autor de la iniciativa, el diputado Ignacio Mier, coordinador de Morena en San Lázaro, misma que se aprobó con dispensa de todo trámite y con el carácter de “obvia y urgente resolución”. El dictamen, una vez aprobado en lo particular, pasará al Senado para su discusión y votación.
Indicó que “actualmente la ley dispone que las cuentas que estén inactivas por tres años y cuyos montos oscilen entre, más o menos, 50 mil a 300 mil pesos pasan a formar parte de una cuenta central. Tres años después, si no son solicitados, si no hay requerimiento de ellos, pasan directamente a la beneficencia pública, así ya está en la ley, eso ya está en ley”.
En su lugar —indicó— se ordena que “en lugar de que estén en esa cuenta global, pasen a formar parte de acciones para financiar la seguridad y, en caso remoto, remoto, porque eso es muy difícil, pero siempre hay esa posibilidad de que algún usuario de la banca que haya mantenido ahí sus ahorros de más de 10 millones de pesos si los puede reclamar, está garantizado que puedan ser devueltos. Eso está garantizado”.
Explicó que por lo regular, cuando hay este tipo de recursos olvidados o abandonados en la banca, son de procedencia ilícita o del narco.
Con información El Financiero
