Todos los días a las 6 de la mañana, el Presidente de la República recibe puntualmente a los integrantes del gabinete de seguridad para llevar a cabo su reunión diaria donde se informa de la situación a lo largo y ancho del territorio nacional; no parece haber avances, pero eso es otra cosa y el ejercicio puntualmente se realiza.
Después se traslada al salón Tesorería, del mismo Palacio Nacional, para sostener su monólogo diario con los representantes de los medios de comunicación. Terminando sus reflexiones cotidianas, las actividades del Presidente, por lo general, se terminan. A menos que salga de gira y participe en una “supervisión” o una visita hacia algún estado, su agenda permanece vacía, en blanco; sin otra cosa programada para hacer más que recibir las terapias físicas que el cuerpo de médicos militares le proporcionan a él y a su esposa, a veces también a su hijo menor, generalmente por las tardes.
De acuerdo con la documentación obtenida después del hackeo de #GuacamayaLeaks, las agendas de actividades de López Obrador son muy cortas, dos actividades diarias en la mayoría de los casos y el resto del día nada más por hacer, según las bitácoras de Sedena.
Por ejemplo, en los reportes del 29 de abril al 29 de mayo de 2019, donde se contienen 31 días de actividades para López Obrador, en 18 de los 31 días, es decir el 58% del tiempo, lo único que hizo el Presidente fue reunirse de 6 a 7 am con el gabinete de seguridad y después su mañanera. Los otros 13 días entre los que se cuentan los sábados y los domingos, los dedica a supervisar alguna obra o bien asistir a inaugurar algo en el interior de la República, nada más.
En los días que existe cruce en las agendas entre Zeus (Nombre clave del Presidente) y Argento (Nombre clave del Secretario de la defensa nacional), las actividades del jefe del ejecutivo son limitadas, inclusive, en algunos casos, la oficina del Secretario de la defensa ya no incluye la conferencia mañanera como parte de las actividades, lo que hace aparecer aún más desierta la agenda presidencial.
De acuerdo con las agendas obtenidas por el hackeo, el Presidente rara vez tiene alguna actividad laboral después de la mañanera.
Esta escasa agenda de actividades por parte del Presidente de la República desde que entró en funciones esta administración, se observaba aún antes de que sufriera el colapso de salud en su rancho en el mes de enero de 2022, ya que en los archivos filtrados pueden verse resúmenes de sus eventos desde el año 2019 hasta el presente y en todos se aprecia que las únicas actividades constantes y diarias del presidente López Obrador son sus reuniones matinales, y después nada.
Tampoco en las giras internacionales la agenda del Presidente se incrementa; por ejemplo, en el resumen de actividades de la gira a Centroamérica del 5 al 8 de mayo de 2022, sus actos se redujeron solamente a las reuniones con los presidentes de Honduras, Salvador, Guatemala, Belice y Cuba, sin ninguna otra actividad.
En mandatos anteriores, los presidentes se reunían por lo general con empresarios, exportadores e importadores, y en general una nutrida agenda encaminada a establecer mejores condiciones para la exportación de los productos mexicanos, o bien algunas otras que pudieran redundar en beneficios para el comercio nacional.
Algunas voces dentro del aparato administrativo, con las que conversó esta columnista, aseguran que el Tabasqueño se despierta a las 4 de la mañana, pero en la práctica se mantiene inactivo durante sus jornadas laborales, dejando dormida así a la cabeza que lidera México.
Protagonizar actos públicos no hace a un gobernante mejor; lo sabemos. Pero ¿vivir bajo el escritorio y solo mandar detrás de la pantalla también podría ser un riesgo?