Apesar de que el presidente ha negado rotundamente que exista una crisis en el sector salud en México, son los mismos pacientes y personal de centros médicos quienes se han encargado de evidenciar en los últimos días, las precariedades a las que se enfrentan tras los recientes recortes presupuestales. El último tan sólo de 798 millones de pesos.
La semana pasada fueron los mismos directivos de hospitales quienes cuestionaron al mandatario la disminución de apoyos económicos a este rubro, explicando que se trata de una medida que pone en riesgo la situación laboral de miles de trabajadores de la salud y principalmente, la vida de millones de mexicanos.
Son ahora los mismos pacientes quienes denuncian la gravedad del asunto, al evidenciar la escasez de medicamentos e insumos médicos en diversos hospitales del país. Tal es el caso del Instituto Jalisciense de Cancerología (IJC), donde los enfermos se han quedado sin quimioterapias, vacunas y medicinas.
De acuerdo con el periódico Mural, en el 2018 en Jalisco, el cáncer cobró la vida de 167 personas, cifra que podría llegar a aumentar considerablemente sino se les provee de un tratamiento adecuado.
“Es un calvario, no puedo hacer mis quimios, cómo lo voy a hacer, si no hay medicamento para encapsular lo que quedó, no sé si sigue ahí y si ya creció, tengo miedo porque tengo dos hijos chicos, uno de 7 años y otro de 5 que me necesitan”, relata una paciente al medio citado.
A principios de 2019 empezó a faltar la medicina, pero uno de los médicos le dijo que hiciera lo posible por conseguirla porque podría morir, las células malignas tomaron fuerza y el cáncer es hoy 10 veces más potente que al principio.
“O comemos o compro la medicina”, apunta “Verónica”, quien desde marzo no se toma esa pastilla que le da la esperanza de vivir y vencer al cáncer.
Por su parte, el presidente López Obrador niega que exista un desabasto de medicamentos y continúa en su postura de que tanto la renuncia del ex directivo del IMSS, German Martínez, (misma que derivó de la presión a la reducción del presupuesto); así como el escándalo de la millonaria adjudicación directa a su amigo, el “super delegado” de Jalisco, Carlos Lomelí; no son más que grillas orquestadas por la mafia del poder para desestabilizar a su gobierno.
Mientras tanto, el tiempo para millones de enfermos en México es crucial y sigue corriendo.
Con información de Mural
