El pasado sábado, durante un patrullaje de vigilancia que realizaban elementos de la Policía Federal, se localizaron tres cuerpos y bolsas con restos humanos en una finca en el municipio de Tonalá.
Hasta este jueves se habían confirmado 10 cadáveres encontrados. No obstante, la mañana de este viernes, la Fiscalía ha confirmado que además de la decena de cuerpos, se han encontrado y 12 bolsas con restos desmembrados.
Peritos forenses aún continuaban buscando más cuerpos.
El descubrimiento ocurrió el sábado pasado durante un ronda de vigilancia de una patrulla de la Policía Federal por la colonia Santa Cruz de las Huertas de esta demarcación.
Los policías se percataron de un hombre que custodiaba la entrada de la casa con un arma al hombro.
Al ver a los policías, el sujeto huyó y dejó la puerta de la finca abierta. Al ingresar, los uniformados descubrieron los cuerpos de tres hombres sin vida que estaban atados con esposas en sus manos y el rostro cubierto con cinta.
Los cuerpos restantes fueron hallados en el jardín de unos 200 metros cuadrados, donde también estaban enterradas las bolsas.
El operativo policial y las excavaciones continuarán durante las próximas horas pues las autoridades sospechan que podría haber más cuerpos enterrados.
Vecinos escuchaban gritos… pero nunca denunciaron.
Hasta hace poco más de un mes, la finca ubicada en la calle Reforma, era cuidada por un joven a quien los dueños le pagaban por la labor.
La casa era utilizada por sujetos que ingresaban a personas privadas de la libertad, a quienes torturaban y asesinaban para después enterrarlas en el patio.
Según relatan los vecinos, en una ocasión, los gritos de los ahora occisos fueron tan aterradores que espantaron a la visita de una vecina.
“Una vez mi hijo tuvo amigos que estaban sentados aquí (en la banqueta) y los amigos empezaron a oír los gritos, ‘¿viste qué gritos tan feos?’, y dijo mi hijo, ‘sí’, y agarraron y mejor se fueron por cómo se escuchaban”.
Otro vecino cuenta como comenzaron a llegar numerosos vehículos de modelos recientes. Nunca supo cómo eran sus tripulantes porque “abrían el portón desde antes y ni siquiera se bajaban, sino que se metían derecho”.
“Pensábamos que eran asaltantes de carros o algo, por mucho carro nuevo que aquí casi no se ve” mencionó.
Otra vecina aseguró que el barrio era tranquilo hasta el 29 de enero pasado, cuando a pocos metros del lugar, en otra finca de esa misma calle, aseguraron una finca que era un presunto centro de rehabilitación contra las adicciones, pero que en realidad era utilizado como bodega mercancía robada a transporte de carga.
Pese a las sospechas visitas, un operativo con saldo de un muerto y los aterradores gritos, no se recibió ninguna denuncia por parte de los habitantes de la colonia.
Con información de El Informador & Sin Embargo