La senadora del PRI, Beatriz Paredes Rangel, propuso que en las elecciones presidenciales haya segunda vuelta si el candidato que más votos obtenga no logra la mayoría absoluta, es decir, más de 50% de los sufragios emitidos.
“La segunda vuelta electoral no debe fundarse en la escasa diferencia de sufragios entre los dos punteros, sino en la calidad representativa del elegido por mayoría absoluta de los votantes, porque si cualquier mayoría proporciona legitimidad, con más razón la mayoría absoluta es un factor de legitimación indiscutible del poder”, expuso Paredes Rangel.
Por eso la legisladora tlaxcalteca presentó una iniciativa para adicionar los artículos 81, 84 y 99 de la Constitución Política, misma que fue turnada para estudio y dictamen a las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos del Senado.
Según su propuesta, si ninguna candidatura obtiene la mayoría absoluta de la votación emitida en la elección presidencial, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) “hará la declaratoria correspondiente, la cual no admitirá recurso alguno y expedirá, en términos del artículo 81 Constitucional, la convocatoria a la segunda vuelta electoral”.
Esa segunda elección se verificará el tercer domingo posterior a la publicación de la declaratoria y en ese nuevo proceso sólo participarían los dos candidatos que hayan obtenido el mayor número de sufragios en la primera vuelta.
Paredes Rangel expuso que en un régimen multiparidista la segmentación del voto genera gobiernos de minoría, es decir, gobernantes elegidos por la minoría con mayor votación, lo que genera “déficit de legitimidad y su alto riesgo de ingobernabilidad”.
“La inestabilidad no conduce a buenos gobiernos” y, por ello, se ha recurrido a la segunda vuelta electoral en búsqueda de estabilidad, gobernabilidad y legitimidad.
Así, sugirió ese nuevo esquema para México para asegurar la estabilidad y con ello la paz.
Se debe transitar hacia un sistema de mayoría absoluta que, salvo excepciones como las vividas en las últimas elecciones presidenciales de nuestro país, difícilmente repetibles, reconoció.
Ese sistema “debe ir acompañado de segundas vueltas, que aun favoreciendo a los partidos más grandes, induce a la creación de alianzas para el logro de las mayorías absolutas de votos”, apuntó.
En la Cámara de Diputados, también el PRI, a través de la diputada Dulce María Sauri Riancho propuso la segunda vuelta electoral, pero para las elecciones de presidencia y de gubernaturas, en el caso de que ninguno de los aspirantes logre obtener más del 50% de la votación.
La propuesta de reformas a los artículos 41, 81, 116 y 122 de la Constitución plantea que la segunda votación se llevaría a cabo en el plazo que determine la autoridad electoral, después de la primera elección, siempre y cuando en los procesos electorales ordinarios o extraordinarios, que se lleven a cabo para elegir al Presidente de la República, ninguno obtenga la mayoría absoluta de la votación válida emitida a nivel nacional, entidad federativa o distrito electoral.