A pesar de la cercanía que tienen las empresas que acapararon la Línea 3 del Tren Ligero, OHL y Grupo PRODI, con el expresidente Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno Federal no encuentra indicios de corrupción en la obra.
El director de Transporte Ferroviario y Multimodal de la SCT, Manuel Gómez Parra, dijo en exclusiva que durante el año que lleva en su cargo no ha encontrado irregularidades.
“Todos los procesos de licitación tuvieron la participación de testigos sociales. No fueron procesos cerrados sino abiertos a la opinión pública y fueron fiscalizados todos por la Auditoría Superior de la Federación y al momento no hay ninguna observación. (…) No tengo ningún indicio, hasta este momento, que haya habido algún vicio o alguna cosa irregular en los procesos de contratación”.
En la Línea 3 del Tren Ligero de Guadalajara (L3) OHL ganó las licitaciones del Viaducto Tlaquepaque y del material rodante por un monto total de 10 mil 987 millones de pesos.
Por su parte, Grupo Promotor de Desarrollo e Infraestructura (PRODI), empresa del compañero de golf del ex presidente Peña, José Miguel Bejos, se llevó la construcción del Viaducto Zapopan y el Túnel por 10 mil 406 millones de pesos.
Ambas empresas acapararon 57% de la inversión pública en la L3, que pasó de un costo inicial de 17 mil a un costo final de 33 mil 654 millones de pesos.
Respecto a dicho sobrecosto, Gómez Parra lo atribuyó a los imprevistos arquitectónicos y a la fluctuacíon del peso frente al dólar. Descartó que hubiese dolo.
“Estas obras tienen un componente muy importante de materiales y equipos extranjeros y en la medida de que eso cambia va afectando también el presupuesto”.
Averías y planes modificados
Cuestionado sobre por qué se contravino el plan original y se construyó el túnel antes que las estaciones subterráneas, el funcionario federal dijo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) detuvo la construcción de las estaciones subterráneas en el centro de Guadalajara, por lo que decidieron seguir con la excavación.
“Viendo el tiempo que se iba a llevar el tener la autorización del INAH, se decidió hacer una inversión del procedimiento: empezar con el túnel y luego hacer las estaciones una vez que se tuvieran los permisos del INAH. Efectivamente hubo necesidad de demoler las dovelas de concreto en las zonas de las estaciones, pero eso resultaba más económico que tener la tuneladora parada y detener la obra más tiempo”.
Respecto a la ampliación del diámetro del túnel, de 10.5 a 11.5 metros, Gómez Parra dijo que esto no representó un sobrecosto para la SCT.
“Lo que como dependencia hacemos normalmente en las excavaciones de túneles con tuneladora es fijar un volumen de pago para una medida específica, en este caso 10.5 metros, y cualquier excavación y relleno adicional que implique que usted meta su máquina, considérela en los precios unitarios. Eso le pone el piso parejo a la gente que tenga diferentes máquinas”.
Sobre las diversas averías documentadas en la construcción de la L3 del Tren Ligero, el funcionario de la SCT dijo que los mantos acuíferos de la Zona Metropolitana de Guadalajara son muy altos, por lo que prácticamente todo el túnel está bajo el agua. Dijo que el sellado del túnel seguirá durante enero.
“Es natural que existan filtraciones. Se han venido atacando a través del tiempo. (…) La magnitud de filtraciones que tenemos ahorita no representa ningún riesgo para la operación del túnel”.
Acerca de la condición en la que la SCT dejará edificios históricos como el Museo del Periodismo, el templo de San Francisco y la catedral, Gómez Parra dijo que, junto con el Instituto de Ingeniería de la UNAM y el INAH, los cuidaron “más allá de lo que en justicia correspondería”.
“Se hizo un inventario de la condición estructural de esos edificios, una campaña de reforzamiento previa, un proyecto de aseguramiento en todas las zonas de desplante de los edificios y una reparación de todas las grietas que había y las que llegaron a surgir durante el proceso de excavación, que fueron bastante pocas”.
En abril, inicio de operación
El funcionario federal dijo que ya se terminaron de cambiar los mil 424 neoprenos de los dos viaductos elevados, problema que se detectó a finales del sexenio de Peña Nieto. Añadió que en este momento realizan el sellado de filtraciones de agua en el túnel y adelantó que la L3 podría comenzar a operar en abril.
“Nosotros estimamos que este proceso de pruebas y entrega recepción nos llevará tres meses: enero, febrero y marzo. Esa es nuestra estimación, por lo que pensamos que la operación comercial podrá ser en abril”.
Con información de UdGTV